El impacto del monotributo tech en la industria del software
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El proyecto de ley que está evaluando el Congreso para los profesionales freelance del sector tecnológico es en respuesta a una necesidad urgente, ante un problema inminente. Si bien aún no hay datos oficiales, se estima que unos 30.000 profesionales del sector IT hoy trabajan para el exterior como consecuencia del incentivo de cobro en moneda extranjera.
Esta fuga de talentos del rubro tecnológico pone en evidencia una situación muy compleja y difícil de resolver en el corto y en el mediano plazo: la falta de competitividad para las empresas locales de contratar y retener a las personas.
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Una empresa de software local debe invertir como mínimo unos USD 20.000 al año por colaborador por encima del ingreso “en mano” para igualar una oferta de USD 30.000 de una empresa no radicada en Argentina que no hace aportes ni paga impuestos.
Tomemos conciencia de que esos 20.000 dólares son ingresos genuinos al Estado Nacional que deja de percibir, es decir, se reducen los ingresos tributarios, dado que un monotributo solo aportaría unos 1.200 dólares al año. La diferencia es más que significativa.
Entendemos que el nuevo plan que evalúa el Congreso para la industria de la Economía del Conocimiento, llamado “monotributo tech”, busca que los freelancers “formalicen” su actividad, pero sobre todo lo que busca es que ingresen divisas. Esto siempre y cuando un numero significativo de freelancers se inscriban en este nuevo régimen.
Ahora bien, ¿Es beneficioso para el Estado? La respuesta es claramente negativa. La recaudación de un monotributo será casi 20 veces menor a lo que se recauda en un trabajo en relación de dependencia, con aportes personales, patronales, obra social, jubilación e impuesto a las ganancias de 4° categoría.
Pues no es menor que estemos hablando de este tema, en 2023 se prevé que el sector exporte USD 10.000 millones y se consolide como el tercer complejo exportador de la Argentina. Más aún, el gobierno estima que la demanda regional de programadores será de 350.000 en los próximos cinco años.
Para generar ese “nuevo empleo” se necesita de empresas que establezcan un ecosistema de capacitación y crecimiento del talento, que solo se logra trabajando en equipo. Esta es la única manera de poder hacer crecer a esa inmensa cantidad de argentinos de todas las edades que están capacitándose hoy en nuestro país y que ingresan en esta industria como trainees o juniors.
Pero ¿estamos atendiendo debidamente lo que sucedería si se motivase a que compañías radicadas en el exterior contraten cada vez más talento formado en nuestro país? ¿Estamos previendo cómo impactará esta medida en la economía nacional? ¿Qué preferimos ser: creadores de conocimiento o usuarios de conocimiento?
Si las personas más capacitadas pasan a ser empleados freelancer de empresas no radicadas en Argentina, solo se exportará un valor significativamente menor que si ese talento es utilizado en empresas que generen servicio, productos y propiedad intelectual en nuestro país para exportar.
Estimamos 5 veces más de ingresos de divisas por exportaciones realizadas por empresas que el ingreso de divisas por freelancers.
La industria del Software es la actividad que más empleo formal generó en Argentina entre los terceros trimestres de 2019 y 2021, duplicando a la industria automotriz, por ejemplo.
Desde CESSI creemos que el monotributo para los trabajadores del sector IT es una forma de contratación “liviana” para generar algún flujo de divisas para paliar el corto plazo. Pero es necesario sumar ciertos recaudos que resguarden el valor de la industria nacional y de su desarrollo.
Entendemos que, si se van a realizar cambios en el esquema, se debe garantizar la igualdad de condiciones para las empresas argentinas a la hora de contratar trabajadores en relación de dependencia, pues la Industria del Conocimiento es uno de los 4 sectores estratégicos para el desarrollo productivo argentino.
La implementación del monotributo tech es una medida de corto plazo que generará menos exportaciones en el futuro. Nuestro sueño de ser el 5 % del PBI en 10 años se puede volver solo una “linda ilusión” que tuvimos en algún momento de nuestra historia.
Insistimos, como industria del software, conformada por miles y miles de empresas a lo largo y a lo ancho de nuestro país, queremos igualdad de condiciones para contratar y retener lo más valioso: nuestro talento.
Presidente de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI)